voltar para Página InicialHistóricoEspañol (histórico em espanhol)

Español (histórico em espanhol)

El NEIP – Núcleo de Estudios Interdisciplinarios sobre Psicoactivos – fue fundado en 2001 y es un núcleo de investigaciones sobre sustancias psicoactivas que reúne estudiosos de las áreas de ciencias humanas, vinculadas a diversas instituciones, para promover una reflexión conjunta sobre el tema. El NIEP ha funcionado, sobretodo, como un espacio de diálogo académico útil para el desarollo de nuestras investigaciones personales. Hasta el momento, uno de los esfuerzos más importantes ha sido la realización de dos cursos de extensión universitaria sobre las actuales perspectivas en los estudios sobre drogas durante el primer semestre de 2003 y el segundo semestre de 2006 en el departamento de antropologia de la FFLCH de la USP, la realización de un simposio sobre drogas en el departamento de Historia de la FFLCH de la USP en 2005, la realización de un debate sobre la legalización de las drogas en el departamento de antropología de la FFLCH de la USP en 2006 y la publicación del libro “Drogas e Cultura: Novas Perspectivas” (Edufba, Minc, 2008).

Trabajamos para ocupar cada vez más espacio en el debate público sobre el “problema de las drogas”, defendiendo que las ciencias humanas tienen un papel fundamental en este escenário generalmente dominado por profesionales del área de salud y por posiciones marcadas que, por veces, son tendenciosas y prejuiciosas. Nuestro abordaje en el campo teórico no nos exime de reconocer una necesaria postura experimentalista e se caracteriza, principalmente, por la interdisciplinariedad de diversos saberes, sea entre los campos históricos, sociológicos y antropológicos, como en el diálogo de éstos con la psicología, la economía e con las artes o incluso con el dominio más general de la filosofía. Finalmente, como investigadores nos sentimos compelidos a tomar un posicionamiento público y ético indispensable delante de la cuestión de las drogas en la época en que vivimos, declarándonos frontalmente opuestos al régimen de prohibicionismo vigente a escala internacional.

¿A quién pertenecen nuestras experiencias, nuestras mentes, nuestros deseos? ¿Quién tiene el poder de regular nuestros trayectos, pautar nuestras búsquedas internas? ¿Nuestra vida y nuestras cuestiones, son, de hecho, nuestras? Hace casi un siglo que la mayoria de los Estados en el mundo pasaron a afirmar que nuestros caminos no eran solamente nuestros sino, declararon, que también eran suyos. En nombre de un supuesto “bien estar y de la seguridad general”, nacer, morir, vivir, procrear, relacionarse – por excelencia, acontecimientos humanos – se transformaron en blanco de un control externo, político, totalizante. Experimentar la propia existencia dejó de ser algo dependiente de las opciones individuales o de los grupos de sociabilidad locales (familia, comunidad, religión). Los usos de psicoactivos con fines religiosos, de autoconocimiento o de placer hedonista pasan a ser clasificados – por el Estado e por la “sociedad” por él representado – no sólo como caminos peligrosos y anormales, sino también como ilegales o en constante amenaza de prohibición. La condenación moral ganó estatus de condenación legal, implicando la captura e incriminación de aquellos que deseam disponer plenamente de sus cuerpos de sus mentes.

El objetivo central de la prohibición a las drogas es expulsarlas para siempre de la convivencia humana. Sabemos, sin embargo, que los hombres se relacionan con sustancias alteradoras de consciencia hace miles de años, encontrando en todos los casos modos para gerenciar usos y abusos. Hace apenas un siglo que se busca la “destrucción definitiva” de estos hábitos. Una búsqueda que consigue solamente potencializar usos nocivos, además de literalmente producir un enorme y poderoso mercado ilícito: el narcotráfico. Los deseos individuales y las manifestaciones culturales relacionadas al uso de psicoactivos caen, de este modo, en la trinchera común de “actos espúreos” que deben ser perseguidos por un Estado que se ergue como defensor de la sociedad.

Lo intolerable de esta situación es el denominador común que sustenta el NEIP, grupo simultáneamente de carácter intelectual, de investigaciones y de intervención política. Las miradas de diversos estudiosos del tema de las drogas tiene aquí un sólo encuentro: la crítica feroz al prohibicionismo y la defensa ética de las experiencias individuales y colectivas con psicoactivos, entendidas como actitudes humanas y sociales legítimas. El blanco del NEIP es la prohibición y su misión es problematizar el tema de la ilegalidad de las drogas, llamando la atención para los efectos políticos y sociales del combate a tales sustancias que es, de hecho, un combate direccionado a grupos sociales, hábitos individuales, prácticas seculares. De este ataque nace la posición defensiva de que hombre y mujeres puedan elegir sus pautas de utilización de psicoactivos conforme a sus necesidades existenciales.

Es importante destacar que no tenemos una unidad de visiones, una fórmula o solución para la legislación política sobre drogas (sea “legalizar”, “descriminalizar”, “reglamentar”, “liberar”, etc), asi como no sustentamos un alineamiento total y directo con posiciones, asociaciones y redes ligadas al tema en el ámbito nacional e internacional. Por encima de todo, tenemos un compromiso con las investigaciones científicas sobre las drogas, procurando abstenernos al máximo de ideas preconcebidas e manteniendo una actitud de constante reflexión sobre el asunto. En el NEIP conviven diferentes posiciones políticas e teóricas sobre las drogas, y es justamente esta diversidad que construye nuestra reflexión. Un punto consensual entre nuestros miembros es el cuestionamiento de la división entre drogas lícitas e ilícitas tal cual se presenta internacionalmente y la constatación de que el “problema de las drogas” es el resultado, en primer lugar, de la actual política de “guerra a las drogas”, además de defender como principio ético la autonomía del indivíduo sobre su propio cuerpo – incluyendo ahí el uso de sustancias psicoactivas como medio de alterar las sensaciones y la percepción. En una palabra, somos anti-prohibicionistas, lo que no significa una posición simplista de “pro-drogas” y menos aún una apologia de sus usos.

El diálogo entre los investigadores del NEIP se da a través de un grupo de e-mail donde divulgamos noticias e comentarios relacionados al tema y debatimos las actividades del grupo. Las páginas de este sitio pretenden extender las discusiones del NEIP a un público más amplio, propagando nuestras posiciones y los resultados de nuestras investigaciones, tanto por medio de producciones individuales de nuestros miembros, cuanto por la divulgación de cursos, seminarios y otros tipos de eventos académicos que realizamos. En nuestro sitio se encuentran artículos, reseñas, entrevistas y anotaciones de los investigadores del NEIP, y estamos abiertos también a recibir contribuciones de otros investigadores del tema de psicoactivos que estén afinados a nuestros presupuestos generales. Abierto, también, está el propio NEIP en el sentido de encontrar nuevos colegas e interlocutores dispuestos a adentrar en esta inquietud permanente que nos instiga, mobiliza e seduce, en torno a la urgencia en sublevarse ética y estéticamente, definiendo espacios de libertad y tomando para sí las riendas de nuestra existencia.


Fundação do NEIP, 2001
Fundación del NEIP, 2001: (arriba) Edward MacRae, Thiago Rodrigues, Henrique Carneiro, Sandra Goulart y Silvia Miskulin; (abajo) Guillaume Pfaus, Mauricio Fiore, Beatriz Labate y Walter Varanda.